El 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra  la mujer. Desde que la Asamblea General de Naciones Unidas establece esta fecha, en el año 1999, para trabajar en forma conjunta y mancomunada con los Estados, organizaciones de  la sociedad civil y la comunidad en general, para poner fin a la violencia hacia las mujeres.  

Afiche de 25N

En Uruguay, el 75% de las mujeres ha sufrido alguna forma de violencia específica por su género. La Universidad de la República, que cuenta con una mayoría de mujeres en su  comunidad, viven múltiples violencias por ser mujeres o vinculadas con las tareas propias de la  educación terciaria. Estas violencias pueden ser, además, interseccionadas por otras discriminaciones como son el origen étnico racial, la edad o la identidad de género. Así tanto en  la docencia, en la investigación, en la extensión, como en los ámbitos laborales, las mujeres funcionarias (TAS y docentes) y estudiantes tienen una mayor probabilidad de vivir situaciones  de violencia.   

La violencia afecta la vida cotidiana, sean sufridas en su hogar o en vínculos sexo afectivos, como en el trabajo o en el estudio, en todos pueden vivir violencias sexuales, físicas, psicológicas. Estas pueden darse en espacios concretos que están pautados por la relación presencial o  desarrollarse en los ámbitos virtuales, digitales o cibernéticos, que hoy en día son múltiples y  variados.  

Las mujeres sufren violencia, acoso y hostigamiento digital, puede ser de carácter sexual o  discriminación de género, todas buscan intimidar, controlar, atacar, humillar, amenazar, abusar  o extorsionar. En forma digital o cibernética, mediante una llamada, un mensaje, en redes  sociales, en plataformas virtuales, asociado a un hecho único o reiterado, siendo una persona o  varias quienes violentan, siendo los daños perdurables en el tiempo. 

Las violencias digitales, las que se viven en los ámbitos virtuales, son tan reales como un golpe, generan daños en las personas que lo sufren, y aunque estén pautadas por el ocultamiento detrás de un celular o una computadora, menoscaban los derechos de las personas que las viven. 

Quienes acosan/hostigan/violentan (inician los contenidos de violencia digital) pueden ser conocidos, desconocidos o incluso anónimos, compañeros de trabajo o estudio, jefes/as,  docentes, funcionarios/as o estudiantes. Quienes multiplican y propagan la violencia son todas las personas que reenvían, descargan, comparten imágenes, audios, videos o chats humillantes,  amenazantes o intimidantes. Mujeres jóvenes, mujeres con discapacidad, identidades disidentes, mujeres afrodescendientes, son mujeres que pueden vivir violencias digitales  amplificadas por la multiplicidad de discriminaciones.  

Uno de los problemas de las violencias digitales es que se amplifican en una continuidad virtual física (continumm entre el on line y off line), coexisten y se retroalimentan, se expande y perdura  en el tiempo, esta amplificación potencia los daños.  

Algunas de las modalidades de la violencia digital: 

- El acoso sexual también puede ser digital. Violencias sexuales en lo digital: 

- Ciberacoso sexual: puede consistir en acosar con fines sexuales a la persona, o  incluir la difusión no consentida de imágenes mediante medios digitales  públicos o privados. 

- Sextorsión en base a la autoproducción de imágenes sexuales consentidas se  hacen chantajes o divulgan imágenes o audiovisuales (reales o creadas  mediante inteligencia artificial).  

- Acosos y ataques digitales:  

- Cyberbulling: acoso psicológico, humillaciones, ridiculización, agresiones entre  iguales (por ejemplo, compañeros de estudio) 

- Hostigamiento digital - acoso cibernético, menosprecios, humillaciones,  linchamientos. 

- Hostigamiento a mujeres políticas, activistas o gremiales 

- Control digital:

El control digital puede darse de múltiples formas, puede afectar tanto a las relaciones  sexo-afectivas, como a las relaciones de amistad y trabajo.  

El control de las contraseñas, de las amistades en las redes sociales o la geolocalización  por parte de las parejas o relaciones sexo-afectivas, es violencia digital.  

- control de las publicaciones y amistades, 

- monitoreo y vigilancia en línea, 

- geolocalización. 

- Suplantación y usurpación:  

- usurpación de contraseñas,  

- suplantación de identidad,  

- perfiles falsos. 

- Ataques a la credibilidad: creación y manipulación de información falsa o fuera de contexto  para dañar la trayectoria o imagen pública.

- Ataques a organizaciones y colectivos de mujeres y especialmente líderes políticas en  entornos digitales. 

Algunas de las consecuencias de las violencias digitales generan miedo y temor, ansiedad y  estrés, pérdida de confianza, autocensura, desconexión de la mujer agredida, provocando el  aislamiento, pueden o no pasar al acoso/hostigamiento/violencia presencial, entre otras  consecuencias.  

Por ello, RECONOCER las violencias digitales, ACTUAR para PARAR la violencia y modificar las  conductas de quienes las perpetúan, para TRANSFORMAR los espacios hostiles, logrando que el  transitar (laboral o educativo), sea respetando los derechos de todas las personas,  especialmente las mujeres. 

Si crees que estás viviendo una situación de violencia, puedes consultar:  

091 085 060 – 2408 7051 Unidad Central de Violencia, Acoso y Discriminación - UCVAD (personas  de Udelar que viven violencia, acoso y discriminación en el ámbito de Udelar). También puedes  comunicarte con referentes o equipos técnicos de tu servicio o área.  https://udelar.edu.uy/vad/contactos/ 

0800 4141 Servicio telefónica de consulta y orientación, Instituto Nacional de las Mujeres (mujeres que viven violencia doméstica) 

1950 8888 Comunas Mujer, Intendencia de Montevideo (mujeres y disidencias que viven  violencia basada en género)

Fuente: Comisión Abierta de Equidad de Género (CAEG)

Tipo de noticia
Secundaria